La devastacion de la Diabetes

REALIDADES DE LA VIDA.

La semana pasada fui a chequearme al instituto de la Diabetes, a ver si podía encontrar una solución a mi problema de piel; pero como en otras ocasiones solo perdí mi tiempo y mi dinero, otras recetas, medicamentos que no sirven para nada. Porque sigo igual.

En la consulta me toco el numero 50, ya se imaginan el tiempo que dure esperando a que llegara mi turno. Me senté y mire a mi alrededor a las personas que allí se encontraban, había cada cuadro, amputaciones de diferentes partes del cuerpo, varias personas en sillas de ruedas, con rostros tristes ausentes, como si ya no tuvieran ninguna esperanza.

Comencé a angustiarme, y por mi mente pasaron un sin numero de pensamientos, es eso lo que a mi también me espera, tiene todo aquel que es diabético pasar por esto. Era aquella sala una especie de espejo para mí, en el que debía mirarme y sentarme a esperar.

No soy una persona depresiva, ni que se deje abatir fácilmente muy al contrario, pero debo admitir que esta escena me dejo sin animo. Hasta llegue a sentirme culpable de estar allí. Mi problema frente a aquellos otros parecía de repente carecer de importancia, y hasta llegue a pensar en marcharme, sin consultar.

Pero finalmente decidí quedarme pues ya había esperado más de dos horas. Me puse a reflexionar sobre la importancia de la salud, cuando estamos sanos no nos damos cuenta del tesoro que tenemos y solo lo valoramos cuando ya no lo tenemos.

También pensé, en lo poca cosa que somos, ver como se pudre tu carne aun estando vivo resulta desolador. Y pensar que hay personas que cuando adquieren un cierto estatuto social, se creen que son omnipotente, y el más importante del mundo, da deseos de decirles: “vengan a ver lo que somos realmente”.