
Bueno en frente tengo la Plaza Bolívar, construida hace aproximadamente unos 5 años, antes había en este lugar una clínica, la cual fue destruida y en su lugar levantada esta hermosa plaza.





También puedo ver el vendedor de periódico, el limpia vidrios, el vendedor de tarjetas telefónicas, el vendedor de frutas, vendiendo aguacate, guayaba, lechosa, granadillo, sapote, limoncillo o la fruta de temporada.
Siempre hay mucho movimiento en esta intersección, a veces me pongo a chequear lo que sucede y el correcorre de los transeúntes. Pero el que mas llama mi atención siempre es el chico debajo del parasol verde, este joven lo traen cada mañana a eso de las 8 de la mañana en un triciclo, la persona que lo trae abre un cartón o un trapo lo coloca en el suelo, luego baja al joven del triciclo y lo sienta sobre el trapo, le coloca el parasol y se va y lo deja todo el día hasta las 5 de la tarde, es decir el tiempo de una jornada es como si ese fuere su trabajo y el tuviera que cumplir un horario.
No se que mal padece este chico, creo que debe haberle dado polio o algo así, ya que no puede utilizar ni sus piernas ni sus brazos, sus compañeros los vendedores le dan de comer y beber en la boca ya que el no puede hacerlo, por sus propios medios.
A veces cuando me paro en el balcón alcanza a verme y me sonríe. Entonces me digo tanto que nos quejamos por todo, y esta persona a pesar de todas sus limitaciones todavía encuentra motivos para sonreír.
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