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viernes, 4 de julio de 2008

HAY ANGELES EN LA TIERRA.


Aveces solemos pensar que los Ángeles son figuras blancas con alas y luz brillante. Pero también se les encuentra con figuras de humanas, y aunque no tienen las alas, poseen la luz.




A lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de encontrarme con varios Ángeles.
Pero mi último encuentro fue durante mi trabajo de taxista.

Llego a mí cuando más lo necesitaba, como suelen llegar estos seres. Un día me toco llevarla en el taxi, y simpatizamos, es una persona dulce, muy linda físicamente así como espiritualmente. Tengo que decir que soy diabética, y cuando la conocí estaba pasando por un mal momento, ya que no podía comprar los medicamentos para mi tratamiento, siendo estos muy costosos; Llevaba ya mas de 20 días que no me medicaba, por lo que no me sentía muy bien.

Charlando con esta persona, llegamos un día a comentar lo de mi diabetes.
Me pregunto si llevaba mi tratamiento de una forma regular: le conté lo que me pasaba y me dijo: no te preocupes, “ahora estoy de vacaciones, pero retomo a mi trabajo dentro de tres días”, yo trabajo en una clínica como secretaria de un especialista de la diabetes, y precisamente puedo conseguirte los medicamentos hasta que tu puedas encontrar una solución.

Bueno me despedí de ella sin creer mucho en lo que me decía, o que se fuera a preocupar por conseguirme esos medicamentos, cuando ella ni siquiera me conocía.
Pasaron 2 días y no tenía noticias de ella, cuando al tercer día me llamo y me pidió que la fuera a buscar, para llevarla donde una prima, cual no fue mi sorpresa, cuando ella me pasó una funda de medicamentos, me dijo: aquí tienes, cuando se te terminen me avisas.

Según fue pasando el tiempo fui conociendo mejor a mi angelito Awilda, y comprendí, que ella era el ángel de muchas personas, cuantas veces me pagaba servicios solo para llevarla a diferentes lugares a los cuales ella llevaba medicamentos gratuitos a personas pobres. Y a mi misma me consta que cuando no conseguía los medicamentos en la clínica, ella lo compraba de sus propios bolsillos.

Esta persona es de las pocas que hay, que por ayudar son capaces de dar todo lo que tienen, sin importarle.

Su esposo siempre le dice: “Tu no tienes necesidad de trabajar, lo que tu ganas no es gran cosa, deja ese trabajo”.

A lo que ella responde: “Y quien se va a ocupar de todas esas personas a las que yo les doy medicamentos”.

Díganme ustedes si ella no es realmente un ángel.
Bendiciones para ti querida amiga y que Dios siga llenando tu corazón de tanta bondad y amor por el prójimo.


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